Nadja como mensaje
interrumpido: la presencia del azar en la obra de Breton
Un avión con cuatro tripulantes a bordo
fue arrastrado por una tormenta antes de llegar a su destino en 1927, el
mensaje de ayuda no pudo ser recepcionado debido a que por azar el mensaje fue
interferido, no se sabe por qué motivo. Solo se pudo recibir un mensaje
indefinido.
De esta manera comienza el proemio de la obra Nadja, llamado “mensaje con
retraso”. Ante este breve relato Breton comienza y cierra su novela, por lo que
se le ha dotado de características simbólicas. Se analizará este fragmento
tomando en consideración dos roles: Operador o receptor y mensaje, de acuerdo a
lo propuesto por el autor de la introducción de la obra. El operador es quien
“Ejerce el papel pasivo de quien está a la escucha de lo que pueda emitirse
pero no tiene capacidad para provocar nuevas emisiones” (p.34). En el obra
quien cumple este rol es Breton, ya que como señala el mismo autor “en un
momento dado, ha captado algo inconexo y fragmentario pero de capital
importancia y, a pesar de sus esfuerzos, no ha conseguido restablecer una
comunicación imprecisa pero trascendente”. Nadja es el mensaje emitido que no
logro llegar a su destino, y que al igual que el avión de la noticia fue
arrastrada por la tormenta de la locura.
De esta manera se evidencia la intención de Breton por dejar una puerta abierta
a la interpretación sobre los múltiples significados que Nadja aporta a la
obra. Un poco antes de finalizar su relato Breton escribe lo siguiente:
A ti que haces admirablemente todo lo que
haces y cuyas espléndidas razones, que yo no considero en los confines de la
locura, relampaguean y caen mortalmente como el rayo. A ti, la criatura más
viva, que no pareces haber sido puesta en mi camino sino para que experimente
en todo su rigor la fuerza de lo que conservas intacto en ti. A ti que sólo de
oídas conoces el mal. A ti, claro está, idealmente bella. A ti, que todo
conduce al alba y que, por eso mismo, quizás ya no vuelva a ver nunca más (…)
Sin tú quererlo, has tomado el lugar de las formas que me eran más familiares
así como el de algunas figuras de mis presentimientos (…) Todo lo que sé es que
esta sustitución de personajes se detiene en ti, porque nada te puede
sustituir, y que estaba escrito que era ante ti donde terminaría para mi esta
sucesión de enigmas. Tú no eres un enigma para mí. Digo que tú me
desvías del enigma para siempre. Puesto que existes, como tu sola sabes
existir, quizás no era muy necesaria la existencia de este libro. He creído que
podía decidir lo contrario, en recuerdo de la conclusión que yo quería darle
antes de conocerte y que desde mi punto de vista, tu irrupción en mi vida no ha
invalidado. Incluso sólo es a través de ti como esta conclusión cobra su
auténtico sentido y toda su fuerza (p.131).
De este modo se puede apreciar, que la llegada de Nadja representa en principio
para el escritor algo inexplicablemente valioso, que solo es capaz de apreciar
una vez que ella no está, a causa de su internación en el psiquiátrico debido a
un cuadro de alucinaciones severas. Este mensaje guarda relación con el
significado más puro de belleza que define Breton en su manifiesto ya que la
belleza es la forma de llegar al espíritu, tal como está señalado:
El espíritu apenas se atreve a expresarse
y, caso de que lo haga, se limita a constatar que tal idea, tal mujer, le hace
efecto. Es incapaz de expresar de qué clase de efecto se trata, lo cual
únicamente sirve para darnos la medida de su subjetivismo. Aquella idea,
aquella mujer, conturban al espíritu, le inclinan a no ser tan rígido, producen
el efecto de aislarle durante un segundo del disolvente en que se encuentra
sumergido, de depositarle en el cielo, de convertirle en el bello precipitado
que puede llegar a ser, en el bello precipitado que es. Carente de esperanzas
de hallar las causas de lo anterior, el espíritu recurre al azar, divinidad más
oscura que cualquiera otra, a la que atribuye todos sus extravíos (p.6)
El azar que representa la llegada de
Nadja, es la manera en la que entiende Breton como la forma en la que se manifiesta
el espíritu, la que es sin duda una de las máximas realizaciones a la que
aspira el artista surrealista. Y el mensaje que trasmite, indescifrable en
principio, es la caracterización de la subjetivad con la que opera el azar.
Finalmente Breton con su última frase “La belleza será convulsiva o no será”
nos plantea que Nadja es la expresión de esta belleza que conmueve el espíritu.
Sin embargo hay quienes interpretan que el mensaje que Nadja intentaba enviar,
al que igual que el avión arrastrado por la tormenta, era de auxilio. Ya que
Nadja a pesar portar un valioso significado, que podríamos considerar mágico,
no puede identificar la frontera entre la locura y la no locura, es decir no
posee la capacidad de discernimiento que Breton si posee. Como indica el autor
de la introducción de la obra “del mismo modo que el avión recurre al operador,
Nadja ha recurrido a Breton, pero demasiado tarde y demasiado lejos. El
operador —en paradoja con su denominación— no puede obrar: se limita a
constatar y a relatar” (p.35).
Es debido a ello que en la obra puede apreciarse un dejo de culpa por parte del
escritor, ya sea por profundizar aún más en la locura de Nadja o por no notar
su falta de límites, en palabras del mismo autor "Es posible que yo
hubiera debido retenerla... pero me hubiera sido preciso previamente ser
consciente del peligro que ella corría. Ahora bien, nunca supuse que ella
pudiera llegar a perder, o que ya la hubiera perdido, la gracia de ese instinto
de conservación…”
De esta forma se puede concluir que Nadja representa algunos de los elementos
centrales del manifiesto surrealista de Breton, el azar y la belleza. Sin
embargo al tratarse de un relato real es posible diferenciar que autor desde su
mirada considera a Nadja como un medio para conocerse a sí mismo, pero no
intervino a favor del destino de ella, pues una vez internada no se volvió a
acercar a ella y que el mensaje cobra sentido en la medida que tiene un
significado para el artista, pero el mensaje de Nadja no fue socorrido.
Por Ghyann Montolivo
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